½ cebolla, cortada en julianas
1 chile de árbol fresco, en rodajas delgadas
1 cucharada de aceite vegetal
1 cucharada de fécula de maíz
1 cucharada de salsa de soya
1 cucharadita de azúcar
1 manojito de cebollín, en trozos de 2 centímetros
2 dientes de ajo, finamente picados
2 muslos de pollo sin piel ni hueso, cortados en cubos
150 gramos de jengibre tierno, pelado y cortado en bastones delgados
Sal al gusto
1 chile de árbol fresco, en rodajas delgadas
1 cucharada de aceite vegetal
1 cucharada de fécula de maíz
1 cucharada de salsa de soya
1 cucharadita de azúcar
1 manojito de cebollín, en trozos de 2 centímetros
2 dientes de ajo, finamente picados
2 muslos de pollo sin piel ni hueso, cortados en cubos
150 gramos de jengibre tierno, pelado y cortado en bastones delgados
Sal al gusto
Preparación
Calentar el aceite vegetal en un sartén mediano y freír el ajo hasta empiece a oler. Añadir el pollo y freír hasta que pierda su color rosa. Sazonar con sal y mezclar bien.
Incorporar la cebolla, chile y jengibre; saltear todo junto. Añadir la salsa de soya y el azúcar. Revolver.
Disolver la fécula de maíz en un poco de agua y verter sobre el salteado, moviendo hasta tener una salsa espesa. Apagar el fuego y agregar el cebollín. Revolver bien.
Se puede sustituir el chile de árbol fresco por un chile serrano rojo. Si no gusta el picante, utilizar piminento morrón rojo.
Incorporar la cebolla, chile y jengibre; saltear todo junto. Añadir la salsa de soya y el azúcar. Revolver.
Disolver la fécula de maíz en un poco de agua y verter sobre el salteado, moviendo hasta tener una salsa espesa. Apagar el fuego y agregar el cebollín. Revolver bien.
Se puede sustituir el chile de árbol fresco por un chile serrano rojo. Si no gusta el picante, utilizar piminento morrón rojo.