Poner una olla al fuego suave e introducir la mantequilla. Cuando se funda, agregar la harina, mezclando bien hasta que quede perfectamente integrada.

Rehogar un poco y verter la mitad de la leche (que esté fría) poco a poco, sin dejar de remover con una varilla o cuchara de madera, hasta conseguir una crema homogénea.


Verter el resto de la leche en 2 veces, sin dejar de remover. Echar sal al gusto y cocinar la salsa a fuego suave durante 10-15 minutos. Cuanto más tiempo se cocine, más suave y rica quedará.

Si no tienes mantequilla o te apetece más, puedes sustituirla por aceite. En vez de utilizar 3 cucharadas de mantequilla, pon 4 de aceite y hazla de la misma manera.

Si no se va a utilizar la bechamel en el momento, pasarla a un recipiente y taparla con papel plástico de cocina. Es importante que el plástico esté en contacto con la masa. De esta forma se evitará que salga costra en la parte superior.